A comienzos de 1970 Juan Carlos Romero incorporó a su producción gráfica la noción de “sistema”, como categoría articuladora de un cuerpo de obras en el que concentró una serie de problemáticas inéditas en su trabajo. A través del registro “directo” de la toma fotográfica, el esténcil y la impresión por fotocopia, Romero proyectó sus obras del período como sistemas integrados por datos, mapas, diagramas, textos y documentos. En sus estrategias de interpelación, el conjunto reclamaba el despliegue de una operación intelectiva susceptible de actualizar la trama de relaciones entre las partes del sistema, su articulación como unidad, situando a los “espectadores-actores” -como Romero llamó a los potenciales destinatarios de sus propuestas- en el centro de la experiencia artística.
Los sistemas gráficos de Romero se presentaban como dispositivos susceptibles de movilizar un proceso reflexivo acerca del propio sistema artístico y las condiciones de mediación institucional que enmarcan y sancionan la obra. Pero dicho planteo constituía, mucho más que un mero análisis de la institución, una estrategia desde donde desbordar sus límites y proyectar una reflexión sobre las contingencias del escenario socio-político inmediato. Para Romero, la mirada sobre el sistema artístico fue a la vez un punto de partida para interrogar el propio contexto y movilizar procesos críticos que apostaran, al mismo tiempo, a transformar las condiciones de existencia.
(De: http://www.ramona.org.ar/node/44834 )
Trabajo de noche. Lo hago desde siempre. Y siempre con la radio
encendida. Para mis proyectos recurro ahora a la computadora; luego los llevo a
un impresor para que haga impresiones digitales o tipográficas –estas últimas para
usar en la calle-. Lo último que hice fueron dos bocetos para afiches –enviados
a Córdoba-, uno en marzo y otro en agosto. No tengo días determinados para
trabajar; pero sábados y domingos no hago nada relacionado con el arte, me
dedico a los diarios y revistas de fin de semana o a visitar a los amigos. En
ocasiones, duermo una larga siesta.